Nihil

Una mano más fría que la nieve le reincorporó de nuevo a la decrepitud. Sin mediar palabra lo acompañó hasta su casa.
Lo condujo directamente hacia la cama, recia en apariencia, pero que en su estado parecía navegar en una ligera embarcación en un océano agitado. Respiraba aparatosamente, mientras el hombre abría un pequeño mueble de la habitación y se servía un poco de whiskey. Dio un breve sorbo, saboreando lentamente el licor. Se acercó hacia el cuerpo moribundo, y le susurró:
-Ya no quedan más granos de arena en tu reloj. Lo siento, me he quedado sin tinta.
-Tinta negra, ¿verdad?.
-Siempre he hablado de tí con esa tinta. En eso somos hermanos, hijo mío. He enjendrado un espectro de mi espejo, pero ya no hay tiempo, he de matarte. No te puedo dar más páginas.
-Sólo soy un puñado de líneas, pero mi fantasma siempre vaga contigo.
-No tengo más remedio, no encuentro nuestro lugar en el mundo, acaso sea el mismo. Mi existencia es la tuya, la mía no sé a quién pertenece.
-La pirámide de la creación quizá no tiene cima.
-Sobre nuestras cabezas hay un cetro, efímero en apariencia, pero que se transmuta de generación en generación. Mueve con sus cuerdas a la sociedad, alimentándola de demagogia y agravando su parálisis.
-Todo intento es vano.
-La solución llega ahora mismo para tí, yo tendré que esperar.
Finalmente dio un largo sorbo hasta dejar seco el vaso, alzó la mano para despedirse de él y cerró la puerta.

Este texto borroso formará parte de una obra de mayores dimensiones. Las palabras son el testimonio de mi alma, y mis personajes son, como antes he dicho, mis propios reflejos en un espejo deformado. Allí se encuentra la realidad, o al menos, una de ellas.

Comments

Cherry said…
REALMENTE LINDO. NUNCA DEJES DE ESCRIBIR SIEMPRE PDRAS SER TU PROPIO PERSONAJE. UN BESO